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El Fondo Social Europeo (FSE) es uno de los Fondos Estructurales de la Unión Europea, creado desde 1957 para promover el empleo y el desarrollo de los recursos humanos en todos los países de la Unión.
Los Fondos Estructurales y el Fondo de Cohesión participan de un objetivo común: corregir el desequilibrio entre las regiones más ricas y las menos desarrolladas con la intención de conseguir la cohesión económica y social en Europa.
El FSE contribuye a ese fin, al dedicar sus esfuerzos a fomentar el empleo en la UE. Ayuda a los Estados miembros a que las empresas y la población activa de Europa estén mejor preparados para afrontar los nuevos desafíos de la globalización.
Con él se distribuyen fondos entre las regiones y los Estados miembros, dirigidos fundamentalmente a aquellos con un menor grado de desarrollo económico.
Constituye un elemento fundamental de la Estrategia para el crecimiento y el empleo de la UE, que busca dotar a los ciudadanos de la UE de una mejor preparación y mejores perspectivas profesionales para, así, mejorar su nivel de vida.
Durante el periodo 2007-2013 las perspectivas financieras aprobadas permitirán distribuir alrededor de 75.000 millones de Euros entre las regiones y Estados miembros de la UE para contribuir a estos objetivos estratégicos.
La Estrategia para el crecimiento y el empleo es la más importante de las que ha puesto en marcha la UE para garantizar la prosperidad y el bienestar de los europeos, en la actualidad y en el futuro.
A raíz de la introducción, mediante el Tratado de Amsterdam, de un nuevo título sobre el empleo en el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea, la coordinación de las políticas de empleo de los Estados miembros ha pasado a ser una prioridad comunitaria.
Sobre la base de estas nuevas disposiciones, el Consejo Europeo de Luxemburgo puso en marcha, en noviembre de 1997, la Estrategia europea de empleo (EEE) conocida también como «proceso de Luxemburgo».
La EEE constituye un programa anual de planificación, seguimiento, examen y ajuste de las políticas de los Estados miembros con objeto de coordinar los instrumentos que éstos utilizan para combatir el desempleo. La Estrategia se articula en torno a cuatro instrumentos:
En 2005, se revisó la estrategia de Lisboa a fin de concentrar aún más los esfuerzos en el desarrollo de un crecimiento sólido y duradero, y en la creación de más empleos y de mejor calidad.
Este relanzamiento de la estrategia de Lisboa ha conducido a una revisión completa de la EEE, cuyo nuevo proceso se puso en marcha en julio de 2005 con la aprobación por el Consejo Europeo de las directrices integradas para el crecimiento y el empleo.
La Estrategia europea de empleo revisada se apoya en cuatro instrumentos:
Las directrices integradas para el crecimiento y el empleo servirán de base para el programa comunitario de Lisboa y los programas nacionales de acción.
En este contexto, con la Estrategia Europea de Empleo se anima a los 27 Estados miembros a aumentar la capacidad de Europa para generar más y mejores empleos, y a dotar a la población de capacitación adecuada para desempeñarlos.
La Estrategia sirve de guía al FSE que, puesto que utiliza fondos europeos para alcanzar esos objetivos.
Las inversiones del FSE alcanzan a todos los hombres y mujeres, pero se concentran en las regiones y territorios más necesitados (que reciben tres cuartas partes del total de los fondos). Sin embargo, aparte de los trabajadores de las regiones más pobres, también el resto recibe ayudas para entrar y avanzar en un mercado laboral en continuo cambio. Y por ello se sostiene que el FSE beneficia a toda la ciudadanía.
Se explica así que el reparto financiero del FSE se base en dos grandes objetivos:
El objetivo de convergencia:
Incluye a todas las regiones de la UE con un producto interior bruto (PIB) per cápita inferior al 75% de la media de la Comunidad. Los países y regiones subvencionables conforme al objetivo de convergencia reciben más del 80% de las ayudas de la UE.
El objetivo de competitividad regional y empleo:
Este objetivo cubre todas las regiones de la UE que no puedan acogerse al objetivo de convergencia. En toda la Unión, ya sea bajo el objetivo de convergencia o bajo el de competitividad regional y empleo, el FSE proporciona ayudas en cuatro grandes áreas de acción:
En las regiones y Estados miembros menos desarrollados, que entran dentro del ámbito del objetivo de convergencia, el FSE también subvenciona:
Regiones subvencionables:
El nivel de financiación con cargo al FSE varía de una región a otra en función de su riqueza relativa. Las regiones de la UE están divididas en cuatro categorías, basadas en su PIB regional per cápita en comparación con la media de la UE (UE de los 15 o de los 25).
El objetivo de convergencia incluye a:
Las regiones de convergencia: con un PIB per cápita inferior al 75% de la media de la UE-25.
Las regiones en régimen de "exclusión gradual": con un PIB per cápita superior al 75% de la media de la UE-25 pero inferior al 75% de la media de la UE-15.
El objetivo de competitividad regional y empleo incluye a:
Las regiones en régimen de "inclusión gradual": con un PIB per cápita inferior al 75% de la media de la UE-15 durante el periodo 2000-2006 pero superior al 75% de la media de la UE-15 durante el periodo 2007-201.
Regiones de competitividad y empleo: se aplica a todas las demás regiones de la UE.
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La estrategia de empleo y el presupuesto del FSE se negocian y se deciden entre los estados miembros de la Unión Europea, el Parlamento y la Comisión. Sobre esta base los Estados miembros elaboran conjuntamente con la Comisión, programas operativos de siete años de duración.
La financiación del FSE se canaliza a través de los Estados miembros y las regiones. El FSE no financia proyectos directamente desde Bruselas.
Esta financiación del FSE es en realidad una cofinanciación, puesto que el apoyo financiero de la UE siempre corre paralelo a una financiación nacional pública o privada. La cofinanciación puede variar entre el 50 y el 85% del coste total de las intervenciones, en función de una serie de factores socioeconómicos.
Existe, en la forma de actuar del FSE, una gestión compartida desde el inicio, porque las líneas de las acciones del FSE se diseñan a escala europea, pero su ejecución sobre el terreno es responsabilidad de las autoridades nacionales o regionales relevantes de cada uno de los Estados miembros. Estas autoridades preparan sus programas operativos y se encargan de seleccionar los proyectos y llevar un seguimiento de los mismos.
Así, cada Estado miembro o región ha acordado, conjuntamente con la Comisión Europea, los programas operativos financiados al amparo del FSE, que constituyen cada Programación nacional para todo el periodo 2007-2013. Los programas operativos definen las prioridades de intervención del FSE y sus objetivos.
Estos programas se ejecutan a través de organizaciones que abarcan a administraciones nacionales, regionales y locales, instituciones de enseñanza y formación, organizaciones no gubernamentales, agentes e interlocutores sociales, empresas, y asociaciones industriales y profesionales.
Las personas y entidades que quieran participar en las acciones del FSE deben ponerse en contacto con la autoridad de gestión del FSE designada para su Estado miembro.
El FSE interviene en los mismos campos que actualmente preocupan o interesan a los distintos agentes del mercado laboral.
Trabajadores y nuevas cualificaciones: ante el cada vez más frecuente proceso de globalización, trabajadores y empresas se enfrentan a nuevos desafíos, deben mejorar su capacidad de adaptación y abrirse a los rápidos cambios que impone el mercado laboral, con el fin de mejorar su empleabilidad.
El FSE mantiene la capacidad de adaptación de los trabajadores y empresas apoyando proyectos que:
Empresas en proceso de cambio: a medida que las empresas aprenden a adaptarse a un contexto de reestructuración permanente, es importante encontrar un buen equilibrio entre la flexibilidad de las empresas y la seguridad de los trabajadores, a fin de contribuir y mantener el capital humano y la empleabilidad. Y para lograr este equilibrio es fundamental una planificación de los recursos humanos.
El FSE contribuye a administrar el cambio y a mantener las políticas activas de empleo apoyando proyectos encaminados a:
Acceso al empleo e inclusión social:
Dado que la cohesión social es el objetivo final de los Fondos europeos y que algunos grupos de personas continuan sufriendo exclusión social en Europa, es comprensible que el FSE incida especialmente en este campo de actuación.
Personas que sufren una minusvalía física, que les lleva a dudar de sus capacidades ; emigrantes considerados como poco cualificados en relación a otros ; personas con problemas de salud que precisan de cuidados de terceros, ;o minorías excluidas directamente en razón de su pertenencia específica a un grupo constituyen colectivos que sufren desventajas y exclusión de la sociedad, particularmente en el empleo.
El FSE financia la integración continua de los grupos desfavorecidos y las personas discapacitadas en el mercado de trabajo emprendiendo acciones como:
Enseñanza y formación:
Para que los trabajadores europeos se cuenten entre los mejores tienen que contar con una preparación sólida, que les dote de las cualificaciones necesarias para responder a las necesidades del mercado de trabajo y les permita evolucionar en le empleo. Este aprendizaje no debe acabarse con los estudios, sino que debe convertirse en un proceso continuo.
Entre las políticas y estrategias destinadas a mejorar la cualificación de la mano de obra europea, la mayoría permiten mejorar los sistemas de educación y formación profesional y reforzar los nexos de unión entre formadores y empresas, para que la cualificación que se quiere impartir se corresponda con las necesidades de las empresas en todo momento.
En materia de capital humano, el FSE cubre el conjunto de actividades relativas a la educación y formación:
El FSE apoya:
Además, en las regiones menos desarrolladas de la UE, el FSE financia otras actividades como:
Mujeres y empleo:
A pesar del aumento de la participación de las mujeres en el mercado de trabajo y en la educación, continuan existiendo las diferencias hombre mujer en el mundo laboral. La igualdad de sexos frente al empleo es un factor clave de mantenimiento de crecimiento económico y de la creación de empleo.
El FSE sigue, en este nuevo periodo, promoviendo el empleo de las mujeres:
La importancia del respeto a la igualdad de sexos en el mercado de trabajo se contempla en la programación 2007-2013 de dos formas: integrando la dimension de género en el conjunto de las prioridades del FSE; y mediante acciones específicas destinadas a insertar a las mujeres en el mercado de trabajo y a mantenerlas en él.
Se trata de acciones encaminadas a:
Lucha contra la discriminación:
Algunos grupos de la sociedad se enfrentan a una clara discriminación para lograr un trabajo en el mercado laboral o para conservar su empleo o evolucionar desde su puesto de trabajo.
Para combatir la discriminación en el acceso al empleo y en el lugar de trabajo el FSE financia medidas orientadas a:
Trabajo en asociación:
El desarrollo de las políticas de empleo, la inclusión social y el aprendizaje son cuestiones complejas que requieren la colaboración de múltiples instituciones.
El FSE, además de organizarse en torno a un amplio partenariado, anima el trabajo en asociación financiando actividades que:
Mejores servicios públicos:
Puesto que la puesta en marcha y aplicación de las políticas de empleo en los Estados miembros continua siendo responsabilidad de los organismos públicos, y a fin de contribuir a la calidad y eficacia de sus servicios, se hace necesario introducir sistemas modernos en administración y gestión en aquellas instituciones encargadas del desarrollo de las estrategias de empleo.
El FSE defiende el refuerzo de los servicios públicos a través de:
Proyectos y redes transnacionales:
En un mundo donde la adaptación a los cambios deben realizarse casi de modo inmediato, las ideas nuevas, las aportaciones innovadoras sobre el terreno y las nuevas cualificaciones se hacen casi necesarias. Colaborar y compartir experiencias mas allá de nuestras fronteras resulta ser un medio eficaz para alcanzar estas metas.
En el periodo anterior 2000-2007, la iniciativa comunitaria Equal fué el vehículo del FSE encargado de promover las acciones transnacionales e innovadoras. Sirvió de laboratorio para la Estrategia Europea de Empleo y el procedimiento de inclusión social.
Gracias al éxito alcanzado con Equal, el FSE aplica las lecciones de esta iniciativa a todas las intervenciones previstas en 2007-2013.
El FSE practica la transnacionalidad a través de cuatro tipo de categorias:
El ejercicio de la transnacionalidad debería estimular y animar la innovación; compartir las lecciones aprendidas y desarrollar las bases de una evaluación que permita evitar cometer errores y reproducir los proyectos que han sido exitosos; reforzar la dimensión europea de las políticas y prácticas de empleo.